Capítulo 1589
Valentín por poco se atragantó.
Se limpió la comisura de los labios y exclamó: —¿Qué tonterías estás diciendo?
—¿No fuiste tú quien dijo que había que filtrar a las personas que habían ido a Argélica? Tú también estabas entre ellas.
—¡Dios mío, hermano, no me tomes el pelo! Ya tengo bastante mala suerte últimamente, estoy hecho un desastre, no vengas ahora a gastarme bromas.
¿Quién soy yo, acaso no lo tienes claro? Si tuviera una hija ilegítima, ¿no lo sabrías?
Roberto también había investigado a Valentín y, en efecto, no había tal cosa.
Dijo entonces: —Precisamente por eso te digo que tengas cuidado. Creo que el padre de Aurora tampoco debe de ser alguien sencillo.
—Está bien, lo sé, pero como nadie sabe cómo es ese hombre despreciable, encontrarlo no será nada fácil. Además, lo más urgente ahora es resolver los problemas que tengo a mi alrededor; de lo contrario, ¿cómo podría ayudarte?
Roberto habló con calma: —Bueno, pues te deseo suerte. Si lo necesitas, puedo prestarte a Pablo.
—P

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