Capítulo 65 Recipiente
Mariana había leído una vez una frase.
"No es necesario llorar delante de los demás, ni explicar demasiado tus actos".
"Porque quien te quiere no permitirá que llores, y quien confía en ti no necesita que te justifiques".
Mariana, por supuesto, sabía que lo que tenía con Enrique no encajaba en ninguna de esas situaciones: él no la quería, ni tenía en ella la más mínima... confianza.
Aun así, en ese momento, se explicó de forma instintiva.
En ese momento, realmente había querido ayudar a Cecilia.
Solo se había dejado una medida de precaución.
Y, además, al recordar ahora la cara de Orlando, todavía le resultaba repulsivo y le provocaba náuseas; ¿cómo podría... utilizar aquello para urdir un plan?
Sin embargo, cuando terminó de hablar y vio que Enrique permanecía en silencio, Mariana se dio cuenta de golpe de que había sido muy ingenua.
Si no fuera por su propia necedad, ¿cómo habría hecho algo tan innecesario?
¿Por qué, si sabía perfectamente que Enrique no le creería, había dejado esca

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