Capítulo 58 ¿Te gusto?
—¿Qué es lo que quieres? ¿Hasta cuándo vas a seguir humillándome?
—Sé que Sergio no puede salvarme. Y no solo él... ¡Nadie puede hacerlo! ¡Ya acepté mi destino! Ya dije que voy a tener al niño, como si fuera un recipiente, una herramienta. ¿Qué más quieres?
—¿Por qué no quieres dejarme en paz? ¿Es porque ahora no tengo padres, porque no tengo a nadie en quien apoyarme, y por eso crees que merezco que me trates así?
—Si me odias tanto, ¡entonces mátame de una vez! ¡Mátame ahora!
La voz de Mariana se volvió cada vez más aguda.
La mirada con la que observaba a Enrique estaba cargada de un odio infinito.
Pero, en ese momento, las lágrimas comenzaron a caer sin control, una tras otra.
Enrique, en cambio, no dijo nada; solo la miraba fijamente.
Tras sostenerle la mirada durante un instante, Mariana continuó: —En realidad, tú tampoco quieres a Cecilia, ¿verdad? Simplemente me odias a mí.
—Pero si me odias, ¿por qué sigues acostándote conmigo? ¿Por qué no me dejas ir?
Al oír esto, Enrique dejó

Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil