Capítulo 18
"¡Paf!"
En el instante en que Nicolás encendió la luz, toda la casa quedó al descubierto.
Vio que todas las fotos de boda que antes cubrían la pared habían desaparecido y, en su lugar, solo quedaban unos pequeños agujeros negros repartidos por toda la superficie.
También notó que los adornos que le gustaban a Esther y los muebles que solía usar habían desaparecido sin dejar rastro.
La casa entera estaba vacía, como si quisiera decirle que hacía mucho tiempo que allí ya no vivía nadie.
—¿Esterita?
La voz de Nicolás, llamándola, chocó con las paredes desnudas del salón, desmoronándose en infinitos ecos.
Atravesó apesadumbrado la sala y subió las escaleras; el dormitorio también estaba vacío, y en el armario, la ropa que él le había regalado seguía colgada exactamente igual. El puño de la prenda que estaba más a la derecha aún conservaba la marca de pintalabios que le regaló en Año Nuevo, ahora convertida simplemente en una costra marrón, como una lágrima seca.
...
Salió un nuevo sol. Nic

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