Capítulo 22
—¿Quieres saber quién es él? —Natalia lo miró fijamente a los ojos.
El hombre asintió con la cabeza.
Ella presionó la nuca de Pedro y lo besó. —Ahora, él es mi novio.
No solo Abelardo abrió los ojos de sorpresa, sintiendo que su corazón se partía al ver a la mujer que amaba besando a otro hombre, sino que Pedro también se sorprendió. Luego, reaccionó. Con un brazo rodeó la cintura de Natalia y le devolvió un beso aún más apasionado.
Jamás se había imaginado que, después de meses de perseguirla, ese día obtendría la respuesta que tanto anhelaba. Sentía como si todo hubiera salido bien. Deseaba abrazarla por completo y no soltarla jamás.
A Pedro no le importaba que hubiera alguien más presente, la sostuvo entre sus brazos y solo la soltó, a regañadientes, cuando ella ya no podía respirar.
Natalia tomó aire, con los labios enrojecidos y húmedos. —Ahora ya lo sabes. No vuelvas a buscarme.
Esa escena hizo que el corazón de Abelardo se rompiera casi por completo. Negó con la cabeza, incapaz

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