Capítulo 137
Franklin estaba sentado en su auto, justo frente al apartamento en el que había visto entrar a Julianna y a su hermana.
¿Cómo había llegado a un lugar como éste?
Bueno, simple. Como era un testarudo, había decidido tentar a la suerte con ella, tratar de obtener su perdón de una manera más directa: pidiéndole que fueran a un restaurante local y hablaran las cosas. Sabía que era una mala idea, sabía que ser testarudo y no aceptar un no por respuesta era una actitud que debía abandonar en algún momento.
Pero no ahora, pensó mientras enviaba a Daniel a casa y, en cambio, condujo el auto solo hasta la compañía de Julianna.
Sin embargo, cuando llegó, se sorprendió por la escena que lo recibió. Heidi estaba de rodillas, suplicando, según le pareció a él, mientras Julianna permanecía sentada, imperturbable, en la parte trasera de su coche.
No era posible que tuviera tan mal corazón; pensó, apretando con tanta fuerza el volante de su coche que sus nudillos se pusieron blancos, mientras veía a s

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