Capítulo 1595
En el instante en que se quitó las gafas de sol, ambos se encontraron con la mirada.
Roberto por fin pudo ver claramente cómo era Alicia.
No podía negarlo: tenía algo de atractivo.
Excepto por aquellos ojos que resultaban aceptables, el resto no era nada especial.
Alicia, con mucha altivez, se recogió el cabello. —¿Qué pasa? ¿Acaso has quedado conquistado por mi belleza?
Roberto le colocó de nuevo las gafas de sol a Alicia. —Nada del otro mundo, solo que tienes la piel bastante seca.
Alicia, indignada, replicó: —¿Cómo que tengo la piel seca? ¿Acaso no soy guapa?
Alicia miró hacia el director junto a ella.
El director, al ver el rostro de Alicia, se quedó un instante atónito. —Los ojos de Aurora se parecen mucho a los suyos, ambos son muy bonitos.
En realidad, los rasgos faciales de aquella mujer se parecían bastante a los de la señorita Alicia.
Lástima que no lo fuera.
Con razón Aurora tenía cierto parecido con Alicia: resultaba que su madre también se parecía mucho.
Alicia volvió la c

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