Capítulo 1555

Roberto, al salir del hospital, soltó al instante un suspiro de alivio. Ahora ya había alguien que cuidara de la niña. Antes, Roberto pensaba que dejar a sus padres al cuidado de un hijo era algo muy agotador, pero en ese momento le parecía bastante acertado. Al menos, cuando él no estaba, la señora Teresa y doña Lorena podían acompañar a la niña. El asistente, al notar que Roberto estaba bastante tranquilo, comentó: —Con una niña a su lado, el estado de ánimo de doña Lorena mejorará muy pronto. —Exacto, así las dos de casa ya no estarán siempre encima de mí. Roberto sonrió; de repente, le pareció que tener una niña tampoco era algo malo. Al menos servía como un escudo contra la presión familiar. En ese momento, Roberto empezó a comprender por qué Valentín había aceptado la idea de un matrimonio concertado: seguramente pensaba que, teniendo una prometida, la familia dejaría de presionarlo para casarse. Al recordar a su hermano, que últimamente no había tenido nada de suerte, Roberto si