Capítulo 12

En el instante en que Josefina vio aparecer a Leonardo, sus ojos se llenaron de una luz de esperanza. Arrastrando su cuerpo lleno de heridas por la golpiza, se lanzó hacia él cojeando, con lágrimas rodando sin parar, y la voz temblando incontrolablemente. —Leonardo... ¡ella quiere matarme! ¡Elizabeth se ha vuelto loca! Ella no soporta verme bien... Leonardo la abrazó de inmediato, mirando a Elizabeth con una expresión sombría y conteniendo la furia en su voz. —¿Qué significa esto? Elizabeth se limpió la sangre de la comisura de los labios con la mano, soltó una risa fría y arrojó la barra de acero a un lado. Un sonido seco resonó, el metal chocando contra el suelo en el almacén vacío era especialmente estridente. —Leonardo —su voz era ronca, pero inusualmente tranquila—, sería mejor que pienses quién fue el verdadero culpable de lo que ocurrió hoy. Hizo una pausa, su mirada era tan aguda como un cuchillo. —No lo olvides, hoy todavía me debes una. Leonardo arrugó la frente, su tono era