Capítulo 23

En tan solo unos días, Andrés había adelgazado notablemente, sus mejillas se habían hundido por completo y sus ojos estaban llenos de venas rojas. La camisa blanca colgaba flojamente en su cuerpo y ya se había teñido de rojo por la sangre. Él estaba arrodillado en el suelo, rodeado por los miembros del consejo directivo y los miembros de la familia Salazar, quienes lo observaban recibir la paliza con expresiones diversas. Cada golpe sacudía el cuerpo de Andrés violentamente, hasta el punto de hacerle toser sangre, pero Joaquín no se detenía. Se decía que sus padres originalmente habían intentado intervenir, pero Joaquín, furioso, había hecho que sacaran a todos los que intercedían por él. Al final, solo quedaban los espectadores, o los que eran, al igual que Andrés, candidatos a herederos. Cuando Marta entró, se encontró con miradas de miedo o de adulación. Pero al ver a Cristian junto a ella, las miradas de todos se volvieron sumamente envidiosas. Marta dio un paso adelante para prote