Capítulo 764
Mientras conversaban, se escucharon sonidos provenientes de las escaleras: era Pedro, que bajaba desde el segundo piso.
La taza en la mano de Salvador se detuvo por un momento, luego la bajó lentamente sin decir palabra.
Pedro se acercó a Iván y lo llamó sin expresión en la voz: —Padre.
Iván mostraba cierta satisfacción. —Te queda un mes para salir del país. Organiza bien el trabajo en el Grupo Fortaleza estos días. Una vez estés en Norteamérica, no será fácil volver.
Pedro asintió. —Iré al Grupo Fortaleza.
Caminó y salió directamente a afuera. Salvador lo siguió apresuradamente. —Don Iván, don Isidro, entonces me retiro también.
Dicho esto, lo siguió sin dudar.
Cuando llegaron a la puerta, Salvador se encendió un cigarro y miró al hombre que estaba a punto de subir al auto.
—Pedro, ¿cómo está tu salud?
A Pedro no lo acompañaba César, nadie sabía a dónde lo habían llevado. Esta vez tenía un nuevo asistente, asignado por Iván.
—Bien.
Respondió solo esa palabra y se subió al auto.
Salvad

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