Capítulo 757
Rubén sabía que tenía que escupir en una servilleta, pero Alejandro no aguantó y escupió directamente al suelo. —¡Agua! ¡Agua! ¡Necesito agua!
Rubén le pasó otra botella sin abrir, y Alejandro, con el rostro distorsionado, se la bebió de un solo trago.
Después de calmarse un poco, se sentó en la silla y miró a Lorena con incredulidad, dudando que eso lo hubiera hecho un ser humano.
Entonces, comprendiendo resignado, dijo: —Querías envenenar a Pedro, ¿verdad? ¡Lorena, siempre supe que no eras de fiar, y ahora veo que aquí era donde querías desquitarte!
Lorena al principio se sentía bastante mal, pero con las interrupciones de esos dos, en realidad se sintió mejor.
Justo cuando iba a hablar, vio a Emilio entrar desde el patio.
Él había llegado a Jardines de la Paz una hora antes. Al principio quería entrar al salón, pero al ver que Lorena estaba bien, decidió quedarse un rato afuera jugando con Titán y Ares.
Al ver ahora los platillos sobre la mesa, se apresuró a acercarse. —Lorena, ¿otr

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