Capítulo 60 ¿Crees que soy Sergio?
Durante los dos días siguientes, Mariana no vio a Enrique.
Parecía que él había vuelto a salir de viaje; pero ella no lo sabía ni le importaba.
En ese tiempo, se dedicó únicamente a contactar una y otra vez al profesor de preparatoria de Pablo, intentando modificar la solicitud universitaria que él había presentado.
Pero el maestro le explicó que la Universidad de Puerto Solano había tratado directamente con Pablo y que ambas partes ya habían llegado a un acuerdo, por lo que el cambio resultaba imposible.
Mariana, abatida, dejó caer el celular a un lado.
Fue entonces cuando Pablo le envió un mensaje. [Sé que he sido caprichoso, pero no puedo dejarte sola aquí. Esto es lo único que puedo hacer].
Al leer esas líneas, los ojos de Mariana se fueron enrojeciendo poco a poco.
Justo en ese momento, Enrique regresó.
Al ver los ojos de Mariana, sus pasos parecieron vacilar levemente.
Ella también lo vio, pero enseguida se dio la vuelta y se secó las lágrimas.
Enrique, por supuesto, notó su gest

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