Capítulo 50 No lo considero sucio
—Enrique.
Mariana lo llamó de pronto.
Antes de que él girara la cabeza, preguntó: —¿Alguna vez has querido a alguien?
Los dedos de Enrique se cerraron con más fuerza. —¿Qué quieres decir?
—Supongo que no. —Mariana no esperó su respuesta y siguió hablando por su cuenta—. Seguro que nunca has querido a nadie, por eso... Nada te importa. Solo te importas tú mismo.
Apenas terminó de hablar, Enrique detuvo el auto a un lado de la calle.
Se quitó el cinturón de seguridad y se inclinó hacia ella.
—¿Qué quieres decir? ¿Que todavía te gusta Sergio?
Mariana alzó los ojos y lo miró de frente.
En la claridad de su mirada había una calma profunda, como la superficie inmóvil de un lago.
Entonces, aquel dolor punzante volvió.
Enrique recordó cuándo había sentido eso por segunda vez.
Fue cuando Sergio se presentó diciendo que Mariana era su novia.
"Novia".
Solo pensar en esa palabra, en aquella escena y en la expresión de Sergio hacía que Enrique, incluso ahora, sintiera ganas de reír.
Nadie sabía qué

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