Capítulo 48 Una carga
—Así que lo viste todo, ¿verdad? Esa persona que siempre aparentaba ser delicada y frágil frente a ti... Ahora sabes quién es en realidad.
Dijo Mariana lentamente: —Al ver la cara que ocultaba bajo esa fachada, tú también te sorprendiste, ¿no?
Enrique no respondió a las palabras de Mariana.
Pero en su mirada hacia ella se dibujó un matiz más frío y cortante.
—¿O acaso... En realidad siempre lo supiste? —insistió Mariana.
—¿Saber qué? —replicó Enrique.
—Que Cecilia, en verdad, es así... Y que, frente a mí, siempre se mostró tal cual es, mientras que ante ti solo fingía. —continuó Mariana. Luego, poco a poco, sonrió—. Claro, nuestro jefe Enrique es muy inteligente. Al principio nadie apostaba por ti y, en apenas dos años, lograste que todos en la Cumbre Empresarial te respetaran y siguieran de buena gana. Con una mirada tan aguda y precisa... ¿Cómo podría ser posible que no vieras las artimañas de Cecilia?
—Simplemente no quisiste desenmascararla. —añadió Mariana, y la sonrisa en sus lab

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