Capítulo 23 La lastimaste
—¿Dónde está el jefe Daniel?
Enrique preguntó, cuando el ascensor empezó a subir.
No sabía por qué, pero de pronto comenzó a sentirse inquieto.
Arrugó la frente, aflojó un poco la corbata y volvió a mirar la hora.
La sirvienta, observando sus movimientos a través del espejo, seguía sonriendo al explicar: —Él lo espera arriba.
Enrique guardó silencio.
Por suerte, el ascensor llegó rápido a su destino.
La familia Pérez había reservado todo el hotel; además de varios salones de banquetes, las habitaciones restantes estaban destinadas al descanso de los invitados.
En ese momento, la sirvienta lo condujo a la zona de habitaciones.
Enrique la siguió unos pasos, pero de pronto advirtió algo extraño y se detuvo.
...
Por otro lado, Mariana ya se preparaba para irse.
Lo que Lucía hiciera, o la manera en que lograría que todos los invitados se enteraran, ya no era asunto suyo.
Después de todo, como Enrique había dicho, sus familias eran viejos amigos, y Lucía era una figura pública; al final, él

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