Capítulo 1477

La noche estaba en su apogeo. Roberto seguía aguardando afuera del barco; médicos iban y venían, pero todos lo único que hacían era suspirar. Roberto los miró con impaciencia. —¿Por qué sigue sin despertar? Pablo lo sujetó del brazo. —Tranquilízate, aún no han terminado los exámenes. Roberto volvió la vista hacia la noche y golpeó con fuerza la barandilla. No pasó mucho antes de que un médico se acercara. —Señor Roberto, tras nuestros análisis y pruebas, lo que mantiene a la señorita Alicita en coma es un daño neurológico. Ese fármaco solo existe en la isla y únicamente allí se investiga este tipo de sustancias. Roberto lo encaró. —¿Acaso no tienen ninguna solución? —Lo lamento, en tan poco tiempo no podremos desarrollar un medicamento que alivie los síntomas. —¡Pues investiguen! Roberto estalló. —No importa cuánto dinero haga falta, puedo pagarlo. —No se trata de dinero. Sí podemos desarrollar algo para mitigar el cuadro, pero la señorita Alicita no puede esperar tanto. Cuanto más tie