Capítulo 738

Lorena soltó una risa fría, con la mirada fija hacia el interior sin apartarse ni un instante. Los hombres de la familia Guzmán ya habían terminado de beber el vino reservado para la ocasión, y en ese momento estaban presentando incienso. Al concluir, todavía tendrían que recibir a otros dolientes. Pero ella notó que Pedro no se encontraba bien. Su ritmo se había vuelto más lento y arrugaba ligeramente la cara. Instintivamente quiso atravesar esa puerta para entrar, pero alguien la detuvo de inmediato. —¿Qué estás haciendo? ¡La Capilla Familiar de los Guzmán no permite el ingreso de personas como tú! Las mujeres de la familia debían presentar incienso por separado más tarde, ahora era turno exclusivo de los hombres. Lorena empujó con fuerza a la persona y se dirigió con paso firme hacia Pedro. Él se sujetaba el pecho con una mano, mientras gruesas gotas de sudor le resbalaban por la frente. Estaba sentado en la silla de ruedas, y su mano colocada a un lado estaba completamente tensa. L