Capítulo 281

Lorena llegó al centro comercial y eligió un regalo que no era muy caro, pero que probablemente le gustaría a Ignacio. Apenas subió al auto y estaba a punto de irse, dos guardaespaldas la detuvieron. —Señorita Lorena, nuestro señor desea invitarla a tomar un café. Lorena frunció el ceño y dirigió la mirada hacia la cafetería cercana, donde distinguió a un hombre desconocido. Pero enseguida lo intuyó, porque ese hombre se parecía un poco a Gabriel. Era Francisco, el hermano de Gabriel, que había regresado recientemente del extranjero y, según se decía, estaba investigando la desaparición de su hermano. Lorena pensó en decir que no tenía tiempo, pero el guardaespaldas se le adelantó: —Nuestro señor preferiría no recurrir a métodos forzosos. El rostro de ella se ensombreció levemente y no tuvo más opción que caminar hacia Francisco. A diferencia de Gabriel, Francisco no tenía una apariencia sombría, sino que irradiaba una calidez parecida a la del sol. Ninguno de los Guzmán tenía mal aspe