Capítulo 271

El teléfono seguía sin señal; en ese momento no podía contactar a nadie, y tampoco sabía cuándo pasaría la tormenta, aunque, como mucho, no debería durar más de una semana. Ahora no podía hacer nada, solo le quedaba quitarse la ropa mojada. Por suerte, en el armario había sábanas y fundas de repuesto, y en la cama también había un edredón limpio. Estornudó y se encogió de frío. Se quitó toda la ropa mojada, se dio una ducha caliente y solo entonces empezó a sentirse un poco mejor. Luego se tumbó en la cama, escuchando el sonido de la tormenta afuera, pensando en dormir un poco y ver cómo estaba todo al despertar. Pero no sabía cuánto tiempo había pasado cuando, de repente, sonó el móvil. ¿Había señal? Se incorporó rápidamente y tomó el teléfono. Era una llamada de César. La señal era muy débil, y no alcanzó a entender bien lo que decía. Solo escuchó una frase: —El jefe Pedro fue solo a la isla a buscarte. Lorena pensó que había oído mal y se apresuró a confirmar: —¿Asistente César, me