Capítulo 41 Novia

Tras las palabras de Enrique, Sergio esbozó una leve sonrisa antes de responder: —Jefe Enrique, ¿acaso hay algo de malo en preocuparme por mi novia? En el banquete, la gente iba y venía. Todos lucían una sonrisa en la cara mientras conversaban en pequeños grupos. El tintinear de las copas, el murmullo de las charlas y la música suave de la orquesta sobre el escenario se entremezclaban en el ambiente. Pero todo ese bullicio no logró opacar la palabra que acababa de pronunciar Sergio: "novia". El cuerpo de Enrique se tensó de golpe. Luego, giró la cabeza con lentitud. Mariana fruncía el ceño, mirándolo. Parecía reprocharle que no debió decir eso, pero, respecto a la afirmación sobre su relación, ella no hizo el menor intento por negarlo. La mano con la que Enrique la sujetaba se soltó de pronto. La presión desapareció de golpe y el cuerpo de Mariana se tambaleó apenas perceptiblemente. Entonces, ella se volvió para mirarlo. Enrique sostuvo su mirada por un par de segundos antes de esboza